11 de junio de 2015

¿Justicia?¿Igualdad?

  Todos los días, miles y miles de personas en el mundo mueren a causa de la desnutrición, sin embargo, en los países “civilizados”, por así decirlo, se tiran muchísimos alimentos que se podían usar para dichas personas. En mi caso, hablo de este tema para dar a conocer la injusticia que es ser del tercer mundo, y los que deben y pueden aplicar verdaderamente justicia para solventar dichos problemas, se centran en temas pasajeros, y beneficiosos solo a corto plazo.

 Y hablo precisamente de justicia ya que hace un mes aproximadamente, leí un libro conocidísimo llamado “El Quijote”, y esta, estaba presente como uno de los temas principales de la obra. Al hablar de justicia me refiero a que todos deberiamos ser iguales, así se evitarían muchos problemas, pero en esta sociedad es prácticamente imposible, el rico quiere más y el pobre, ¿qué recibe a cambio? Lamentablemente menos... desgraciadamente es así, para que haya ricos debe de haber pobres y para que haya justicia y todo vaya bien, algo debe dejarse un poco de lado, y es como la pescadilla que se muerde la cola, haciendo que el barco eche agua por todos lados; formando una cadena que acaba en desastre para la gente pobre. Todos, deberíamos llevar un don Quijote dentro de nosotros, ayudando a los mas desfavorecidos e implantando justicia.

 Otro caso que me inquieta y que es verdaderamente lamentable e injusto es el tema relacionado con el hambre y el ébola, dos sencillos conceptos que dificultan la existencia en países sin recursos. Se asegura que el ébola desapareció o que incluso apenas gente del tercer mundo la padece, y si nos fijamos, desde un punto de vista, está muy bien que los políticos, gobiernos y países destinen dinero para su cura. Pero, ¿ y el hambre en el mundo?, ¿ por qué ese tema no se soluciona al igual que el ébola? ,¿La respuesta?,.... llegué a la conclusión de que los ricos pueden morir a causa de una enfermedad, por ello se invierte dinero en curas para que el mundo padezca las menos posibles, pero un rico jamás morirá de hambre, por ello ni se preocupa en solucionar la desnutrición mundial, ya que sabe de antemano que él no la sufrirá. Los que verdaderamente tienen el poder y pueden hacer que las cosas cambien, son los que menos justicia aplican..

 He de añadir que se habla mucho del tercer mundo, pero hoy día, en mi pueblo hay gente que lleva una semana la misma ropa y apenas puede comer por falta de dinero, y la verdad es que si todos colaboráramos un poco, y los que verdaderamente “manejan el cotarro” se volcaran más con la gente que lo necesita, entonces, si que podríamos hablar de justicia.

Daniel Menacho Bernal, 1º Bachillerato Sociales.

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