Todos los
días, miles y miles de personas en el mundo mueren a causa de la
desnutrición, sin embargo, en los países “civilizados”, por así
decirlo, se tiran muchísimos alimentos que se podían usar para
dichas personas. En mi caso, hablo de este tema para dar a conocer la
injusticia que es ser del tercer mundo, y los que deben y pueden
aplicar verdaderamente justicia para solventar dichos problemas, se
centran en temas pasajeros, y beneficiosos solo a corto plazo.
Y hablo
precisamente de justicia ya que hace un mes aproximadamente, leí un
libro conocidísimo llamado “El Quijote”, y esta, estaba presente
como uno de los temas principales de la obra. Al hablar de justicia
me refiero a que todos deberiamos ser iguales, así se evitarían
muchos problemas, pero en esta sociedad es prácticamente imposible,
el rico quiere más y el pobre, ¿qué recibe a cambio?
Lamentablemente menos... desgraciadamente es así, para que haya
ricos debe de haber pobres y para que haya justicia y todo vaya
bien, algo debe dejarse un poco de lado, y es como la pescadilla que
se muerde la cola, haciendo que el barco eche agua por todos lados;
formando una cadena que acaba en desastre para la gente pobre. Todos,
deberíamos llevar un don Quijote dentro de nosotros, ayudando a los
mas desfavorecidos e implantando justicia.
Otro caso
que me inquieta y que es verdaderamente lamentable e injusto es el
tema relacionado con el hambre y el ébola, dos sencillos conceptos
que dificultan la existencia en países sin recursos. Se asegura que
el ébola desapareció o que incluso apenas gente del tercer mundo la
padece, y si nos fijamos, desde un punto de vista, está muy bien que
los políticos, gobiernos y países destinen dinero para su cura. Pero,
¿ y el hambre en el mundo?, ¿ por qué ese tema no se soluciona al
igual que el ébola? ,¿La respuesta?,.... llegué a la conclusión de
que los ricos pueden morir a causa de una enfermedad, por ello se
invierte dinero en curas para que el mundo padezca las menos
posibles, pero un rico jamás morirá de hambre, por ello ni se
preocupa en solucionar la desnutrición mundial, ya que sabe de
antemano que él no la sufrirá. Los que verdaderamente tienen el
poder y pueden hacer que las cosas cambien, son los que menos
justicia aplican..
He de
añadir que se habla mucho del tercer mundo, pero hoy día, en mi
pueblo hay gente que lleva una semana la misma ropa y apenas puede
comer por falta de dinero, y la verdad es que si todos colaboráramos
un poco, y los que verdaderamente “manejan el cotarro” se volcaran más con la gente que lo necesita, entonces, si que podríamos
hablar de justicia.
Daniel Menacho Bernal, 1º Bachillerato Sociales.
Daniel Menacho Bernal, 1º Bachillerato Sociales.
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